“He nacido en la Argentina; no es un secreto para nadie. Soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.”
Aquellas palabras que un día el che lanzara al aire, los vientos de cambios las llevaron a todos los rincones de nuestro continente, no estaba equivocado el comandante cuando atacaba como enemigo principal al capitalismo e imperialismo como fuente única de la gran deshumanización del mundo.
Hoy que recordamos el 42 aniversario de la muerte de nuestro gran combatiente revolucionario Ernesto “Che Guevara” no podemos dejar de abstraernos de los otros, de aquellos que no recordamos con frecuencia, son miles, son los sin nombres, muchos de ellos olvidados, ignorados y no reconocidos. Son quienes junto con los grandes líderes revolucionarios han aportado con su lucha y su vida para construir un mundo mejor. Han puesto en nuestras manos la semilla que debe germinar. Semilla regada con su propia sangre, la del Che, Martí, Bolívar, Miguel y los otros, los anónimos.
La historia de la humanidad, es la historia de la conquista y de la dominación del hombre por el hombre en distintas etapas y grados de evolución que transcurren de lo simple a lo complejo.
En la búsqueda del control y del dominio se define el carácter imperialista de las distintas civilizaciones así fueron marcando la evolución y trazado de la historia humana a partir del dominio hegemónico. No fueron producto de la libre creación del espíritu y de la mente humana, sino un emergente de estrategias y políticas orientadas a la conquista (militar, económica, política y social) de las clases más poderosas sobre los estamentos más débiles de la población humana.
Derrotar el sistema que nos ha puesto en pie de guerra de unos contra otros, debe ser nuestro fin, nuestra lucha constante, sin parar, sin tranzar, sin detenernos. Esa es la tarea pendiente con los caídos y los explotados, continuar la lucha es el mejor homenaje que podemos rendirles a los grandes libertadores.
No le pondremos nombres, tampoco genero, solo diremos, compañeros seguimos su ruta, su camino marcado con sudorosa fuerza y gallardía.
Solo diremos, compañeros.. Con su recuerdo en la memoria...Hasta la victoria Siempre!!
«Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de Norteamérica. En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.»
Ernesto “che “Guevara.
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