Nuestra sociedad en su conjunto sin duda ha cometido errores, tenemos carencias y muchas dificultades, negar esta situación es propio de cretinos. El deber de los revolucionarios cuando se quiere limpiar a la sociedad de vicios y malos hábitos es una condición de ellos el discutirlas, discutir las fallas es la única manera de posibilitar su corrección. Nunca se justifica ocultar los errores y los problemas, al contrario, es en época de adversidad cuando es imprescindible el reconocimiento de los traspiés, sólo conociendo los obstáculos se puede avanzar. Una crítica profunda, un reconocimiento de las equivocaciones cometidas, puede cambiar el curso de la historia y posibilitar por tanto un cambio en el país
Pero no es práctica sana el hacerlo a puerta cerrada, si no de cara al pueblo, se gobierna por ellos y para ellos, la buena práctica nos indica que la lucha revolucionaria es para si y por si, es decir, por todos y para todos
Uno de los más importantes generadores de errores y que se anida el poco avance en la sociedad es el egoísmo, el yoismo que cala hondo y que pudre conciencias, también lo es a nivel macro la falta de proyectos que sustente la sociedad como un todo, que el trabajo se dignifique y cesar la explotación del hombre por el hombre, para ello es imperativo una definición clara del problema de la propiedad.
La forma de propiedad de los medios de producción sostiene una espiritualidad, una cultura, que le es propia, la sustenta y la perpetúa. Siendo así, sobre la forma de propiedad capitalista, no social de los medios de producción, no es posible instalar una espiritualidad, una cultura socialista. Al contrario, sobre la propiedad capitalista, sólo y necesariamente, se formará la conciencia egoísta del capitalismo. Ahora bien, únicamente, sobre la propiedad social de los medios de producción se podrá construir el Socialismo, la espiritualidad de la solidaridad, la cultura del amor.
El punto, que es de vital importancia, ha pasado por debajo de la mesa de la discusión, trayendo como consecuencia que se reproduzcan con fuerza esquemas de propiedad propios del capitalismo. Por supuesto, que la incoherencia, entre economía no social, capitalista, y el requerimiento de una conducta, una ética socialista, de la solidaridad, del amor, trae confusión, hipocresía, falsos valores. De allí que podemos decir que la mayoría de los problemas que confrontamos tienen su origen en esa incoherencia.Si estimulamos la propiedad no social de los medios de producción, si prestigiamos a la empresa privada como eficaz y capaz de resolver los problemas sociales que ella misma generó, estaremos desinformando, confundiendo al pueblo, sembrando en la población la ética del egoísmo y, lo que es peor, expectativas egoístas, disolventes sociales. Y, de esa ética de la ganancia por encima de la vida, sólo surgirán conductas que enterrarán a la población y desvía los cambios que un país requiere, tumban así los procesos, sacrifican en la hoguera de la ganancia inaplazable el destino de miles. Es necesario corregir estos errores. La historia de los pueblos está llena de iguales desatinos, y plena de los crueles resultados a que conducen.
Los países y Honduras no es la excepción, necesitan cambios radicales y urgentes en el que el hombre sea el centro de toda acción social, el hombre como ser humano y en su conjunto. Hoy el hombre no es el centro ni el gran activista que logra hacer cambios, no lo somos y no lo seremos nunca mientras existan partidos y dirigentes que desvíen el verdadero quehacer político, mientras algunos juegan a hacer la revolución socialista en las urnas mintiendo, engañando, timando conciencias cuya única estrategia política es la de acaparar el gobierno con todo su poder o lo que este pueda darle para seguir explotando y sacar partido de la ignorancia, manipulando medios informativos, encuestas y realidades. Otros en cambio están en las calles hablando del verdadero sentido de lo humano, educando, compactando con la gente y sus realidades, compartiendo experiencias, razones de vida para incorporar al humano en la lucha diaria, la lucha de todos, en fin...organizando
Mientras los candidatos no hablen de los cambios requeridos, no acusen al sistema y los que profitan descarada y descarnadamente de el, seguirán algunos sectores de la población en la mas absoluta indefensión y los mismos de siempre, los oportunistas de siempre acomodándose al sistema que dicen aborrecer --- Pero que les sustenta día a día sus bolsillos cada vez con mas grandes ganancias --- aniquilando las esperanzas de los mas desposeídos.
Olvidar algunos términos parece tan conveniente para algunos, pero no olvidan sin embargo cantar la internacional, por que un cántico o el levantar una bandera partidista resulta más “rentable” que hablar de la necesidad de una revolución social desde el hombre y para el hombre.
¡¡Venceremos!!
Por : Somos Inkebrantables.
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