En la degradación de lo humano
El oscuro de la noche
Tus negros ojos prenden el fulminante estallido de mis sentidos
Calman la tempestad de la violencia amorosa de la que soy preso
El estremecimiento mortal se viste libertario entre los ropajes que albergan tu desnudez
Mis ejecitos marchitos entre la nebulosa de la vida
Se prestan contestatarios al observar el vaivén de tus caderas
Expropias mis pensamientos para enclavarse en la fija idea de tu belleza
Engendran deseos, perezas de ideas
Ven anémica y mustia tu huida
La inercia desata rebeldía, amenazante dolor de no asirte
Mi juventud, mi temple, nuestras miradas cómplices
No han sido nido para posar en ellos tu amor
Tu experiencia, tus años, emboban y anulan mis últimos signos de criterio
Ya no soy...Ya no eres...
Estamos en pugna
Los años, discurso falsificado te avalan para marcharte, para dejarme
La lucha interna entre el deseo, el querer y el poder. Me mata, me corroe, me lastima.
Te niegas cual derecho corporativo y burocrático
La sociedad lo impuso, tú lo adoptaste y apartas la lógica hegemónica, perfecta de nuestro amor
Arrebatada escapas a mi control
Caes bajo el liderante yugo social, que dirán...Qué pensaran.
Gravitamos entre lo interno y el eje central de nuestra condición de amantes
Lo alejas, lo apartas...Te marchas.
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