Las elecciones tienen sus componentes: la matemática electoral, y el espíritu electoralista (La bulla, los juegos, pancartas, discursos, papelería etc.). Es en éste último, al contrario de lo que un distraído podría pensar, donde reside la posibilidad de hacer de las elecciones un instrumento de adormecimiento de las conciencias, de lo objetivo y real. De esta comprensión surge la consigna ¡nueve millones de votos para los candidatos, nueve millones de inconcientes!
El espíritu electoralista, es en esencia hacer creer al pueblo la gran mentira, el gran engaño de que son las elecciones las que resuelve el conflicto social, cuando en realidad son “evidencia de que los conflictos existen”, y que las elecciones sólo son una batalla más en el desarrollo de esos conflictos. En definitiva, el gran conflicto social se resuelve en la calle.
Si nos impregnamos del espíritu de que las elecciones resuelven el gran conflicto social, estaremos condenados a sólo pelear en el terreno donde no hay victorias reales, sólo ficciones (Promesas más, promesas menos...Que importan si nunca se cumplen y ya nadie siquiera las cobra). Las victorias que el pueblo consigue, siempre se originan en otras luchas y se certifican en luchas posteriores, por eso si solo nos preparamos para las elecciones, estaremos condenados a vivir adormecidos y no estaremos preparados para pelear en terrenos de definición.
Chile tiene la experiencia de que los conflictos se resuelven fuera de las elecciones, por eso el “vota” “inscríbete” “define tú” es la consigna de la matemática electoral, la de los números para ganar y luego negociar, Como si realmente tuviéramos la posibilidad de elegir, lo que ofrecen es mas de lo mismo sin diferencia alguna,: Seguir con el modelo capitalista, pero ninguno ha lanzado la consigna “Crear conciencias sociales”, que es la consigna que nos prepara para pelear en terrenos definitorios, los de la calle.
Entonces, estas elecciones tienen dos frentes de batalla: uno, la matemática electoral, conseguir los millones de votos para justificar el neoliberalismo, el otro, elevar la conciencia revolucionaria del pueblo, esta última la esgrime la izquierda haciendo un llamado al voto nulo
Es necesario, para fortalecer la lucha de clase, que las elecciones se transformen en una gran campaña para la elevación de la conciencia revolucionaria. Independientemente de los aspectos que tienen que ver con la matemática, con la participación de los lacayos del imperio, de la división del campo enemigo, de las astucias que nos presenten los candidatos, nosotros debemos tener como meta en estas elecciones elevar la conciencia social, de esta manera conseguimos no votos pero si conseguiremos compañeros listos para las batallas que se avecinan , conseguiremos conciencias revolucionarias
Podemos resumir la conciencia revolucionaria, como el convencimiento de que sólo en sociedad podemos resolver los problemas esenciales del individuo, de que no hay solución individual a los grandes problemas de la existencia. El convencimiento de que, dentro del Capitalismo sólo espera a la humanidad el infierno. La comprensión de que el enemigo de la redención de los pueblos es el imperio capitalista. La certeza de que “a los capitalistas y sus lacayos no hay que creerle ni tantito así… nada”.
¡¡Por el Socialismo Siempre!!
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