Había una vez una institución que necesitaba saber si el corazón contenía amor .La información se usaría en promover corazones, razones y amores. Se valieron de la ayuda de muchas personas, solo tomare a cuatro de ellos.
El primero, muy hacendoso, se trasladó de inmediato a la calle, se sentó en el suelo y comenzó a contar los que se besaban. En ese menester anda. Esta es la actitud del pragmático.
El segundo, se fue para su oficina y desde allí imaginó una playa , elaboró poemas, escribió tesis sobre la relación anfibológica del sexo de los ángeles y el sexo de los hombres, dictó conferencias, participó en congresos, fue jurado en eventos, todo relacionado con el corazón, se convirtió en amorólogo. Ahora está tan ocupado con estas actividades que le queda poco tiempo para amar a los que quiere.
El tercero, nombró una comisión encargada de elaborar un proyecto para contar cuantas parejas existen en una determinada zona con la mayor eficiencia posible. Esta comisión pidió oficinas para desplegar sus planos y diseñar equipos de medición, solicitó las consabidas Lap top y los infaltables teléfonos celulares. Después luchó para que a la comisión la pasaran a Dirección, luego a Gerencia, lo último que se supo es que plantean su pase a un cargo en relaciones Humanas en algún Ministerio del gobierno. Estamos esperando que tengan tiempo para contar las parejas que se aman, ellos dicen que no pueden arrancar hasta que se defina en el alto gobierno a cuál ministerio estarán adscritos.
El cuarto, fue a la calle, contó a los mendigos, calculó con ayuda de las matemáticas el volumen total de población, contó cuantos van a una marcha, visitó a los sin casas, recorrió los barrios más pobres y la de los ricos también, se paseo por aquí y por allá, mendigó, saco cuentas, cálculos y entrego su resultado... Expuso que el amor no se podía medir, tampoco contar, por que es inherente a la persona, que algunos lo tenían en mayor o menor grado tampoco sabía en que grado, creía que algunos decían hacer las cosas por amor, amor a ellos pero amor al fin, tampoco sabía si aquello era bueno o malo ni cual es la cantidad precisa que debe contener cada ser humano de amor...Nada estaba claro, solo una cosa y es que precisó que el amor no se alberga en el corazón si no en la conciencia de cada uno.
Si comprenderemos mejor nuestra labor, diagnosticaremos las desviaciones en el trabajo y la lucha diaria. Una conciencia clasista que entrega amor, busca el conocimiento en una sabia combinación de la práctica con la teoría. Sabe que el conocimiento práctico sin el complemento de la teoría es inútil, por eso, prestigia los sueños y el pensamiento tanto como ir a la realidad.
Una Revolución para algunos es un sueño, más que un sueño quizá deberíamos decir que una Revolución es convertir los sueños en amor cotidiano.
El primero, muy hacendoso, se trasladó de inmediato a la calle, se sentó en el suelo y comenzó a contar los que se besaban. En ese menester anda. Esta es la actitud del pragmático.
El segundo, se fue para su oficina y desde allí imaginó una playa , elaboró poemas, escribió tesis sobre la relación anfibológica del sexo de los ángeles y el sexo de los hombres, dictó conferencias, participó en congresos, fue jurado en eventos, todo relacionado con el corazón, se convirtió en amorólogo. Ahora está tan ocupado con estas actividades que le queda poco tiempo para amar a los que quiere.
El tercero, nombró una comisión encargada de elaborar un proyecto para contar cuantas parejas existen en una determinada zona con la mayor eficiencia posible. Esta comisión pidió oficinas para desplegar sus planos y diseñar equipos de medición, solicitó las consabidas Lap top y los infaltables teléfonos celulares. Después luchó para que a la comisión la pasaran a Dirección, luego a Gerencia, lo último que se supo es que plantean su pase a un cargo en relaciones Humanas en algún Ministerio del gobierno. Estamos esperando que tengan tiempo para contar las parejas que se aman, ellos dicen que no pueden arrancar hasta que se defina en el alto gobierno a cuál ministerio estarán adscritos.
El cuarto, fue a la calle, contó a los mendigos, calculó con ayuda de las matemáticas el volumen total de población, contó cuantos van a una marcha, visitó a los sin casas, recorrió los barrios más pobres y la de los ricos también, se paseo por aquí y por allá, mendigó, saco cuentas, cálculos y entrego su resultado... Expuso que el amor no se podía medir, tampoco contar, por que es inherente a la persona, que algunos lo tenían en mayor o menor grado tampoco sabía en que grado, creía que algunos decían hacer las cosas por amor, amor a ellos pero amor al fin, tampoco sabía si aquello era bueno o malo ni cual es la cantidad precisa que debe contener cada ser humano de amor...Nada estaba claro, solo una cosa y es que precisó que el amor no se alberga en el corazón si no en la conciencia de cada uno.
Si comprenderemos mejor nuestra labor, diagnosticaremos las desviaciones en el trabajo y la lucha diaria. Una conciencia clasista que entrega amor, busca el conocimiento en una sabia combinación de la práctica con la teoría. Sabe que el conocimiento práctico sin el complemento de la teoría es inútil, por eso, prestigia los sueños y el pensamiento tanto como ir a la realidad.
Una Revolución para algunos es un sueño, más que un sueño quizá deberíamos decir que una Revolución es convertir los sueños en amor cotidiano.
Amor no es amar a una persona o un grupo de ellas
Tampoco lo es definirse, socialista o comunista
Amor es ser revolucionario, amar para si y por si
...Por siempre...Hasta que la muerte nos separe...
Tampoco lo es definirse, socialista o comunista
Amor es ser revolucionario, amar para si y por si
...Por siempre...Hasta que la muerte nos separe...
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